sábado, 14 de diciembre de 2013

Chamonix Francia

 Llegamos a Chamonix poco antes del mediodía. El guía nos indica tres actividades; meternos en el interior de un glaciar, subir en un tren cremallera por entre chalets, o subir a L'aiguille du Midi. Sólo nos dará tiempo para hacer una de las excursiones. Ninguna duda. Nosotros decidimos subir.

Son dos subidas, en total unos 20 minutos en teleférico. Suben absolutamente llenos por lo que no pescamos cristal para hacer una foto. No es el mejor de mis viajes, en cuanto a mi salud se refiere, poca cosa pero muy molesto. Sin embargo sé que la ocasión es irrepetible que no volveré nunca a ese lugar. Subimos.

Me han hablado del mal de altura pero me encuentro muy bien y me parece increíble ver a unas jovencitas orientales sentadas en las escaleras a la salida del teleferico pálidas como geishas.

Cuando salgo al exterior es verdad que se me olvidan mis males y hasta se me olvida que puedo respirar y hablar. Es la brisa fría la que me hace llorar un poquito... ya me sucedió en el Corcobado y también en la entrada en barco a Estocolmo. Es demasiada belleza. He querido decir BELLEZA.
Hay un pequeño puente colgado desde el que no podemos dejar de mirar ese maravilloso paisaje, solo mirar, imposible hablar yo estoy tan emocionada que sería incapaz de hablar, y pienso en todos los K y el Everest y en los alpinistas que han puesto el pie en esas cumbres. Creo que sería incapaz de soportar tanta felicidad. 



Parte del grupo que venía con nosotros está allí, a todos les debe pasar lo mismo porque el silencio es total. por fin alguien dice: -Subamos a la terraza de arriba, y todos comenzamos a subir las escaleras interiores. De pronto la señora que viene tras de mí dice: - me encuentro muy mal...y yo sonrío y le digo a otro señor del grupo que va delante: -. Dile a mi marido que hasta aquí llegué, que no puedo dar un paso más. La señora de detrás mío y yo somos ahora dos geishas más. Nos quedamos un rato en la cafetería y se me pasa enseguida el mareo. Mi marido sube a la terraza mientras yo espero un rato más, baja en menos de 2 minutos y se empeña en que tengo que subir sí o sí...que tengo que ver aquello y yo pienso en su poder de persuasión, en todas las veces que he dicho a la montaña rusa no subo y he subido, y me digo no gastes energías, le conoces, vas a acabar subiendo. Mejor di sí y sube.

Ese es el puente en el que la emoción me dejó muda. Todos mis males se disipan, no puedo sentirlos es como si mis sentidos se hubieran emborrachado.

Doy gracias por haber vivido este día. No puedo estar mucho tiempo y no puedo volver pero estas imagenes no las voy a olvidar, las sensaciones menos.

Y el glaciar que está al lado. Una clase magistral de Geografía. Las morrenas laterales, la lengua... recuerdo aquel tema ¡que pena no haber tenido entonces una clase práctica como ésta.!

Y arriba la inmensidad, todo es inmenso en este lugar, todo tiene otra dimensión. Mucho más espiritual, mucho más mística.

Chamonix?  ahí abajo está...

Otro día hablamos de Chamonix, hoy sería un sacrilegio hacerlo. :D

lunes, 2 de diciembre de 2013

Cartuja de Miraflores

Fundada en 1442 por Don Juan II de Castilla y León. Construída por Juan de Colonia y su hijo Simón sobre los restos de un palacio de caza.

Puerta de entrada sobre la que se encuentra el escudo con las armas reales de Castilla y León y el escudo de Juan II

Probablemente a lo largo de mi vida yo haya visitado este sitio otras tres veces antes. Y sin embargo ha sido esta vez cuando me he dado cuenta de lo extraordinario del lugar más allá de lo anecdotario del San Bruno que de niña nos explicaron que te pusieras donde te pusieras te seguía con la mirada.

El famoso San Bruno se encuentra a la derecha en el atrio de la Iglesia, que es de una sola nave con diversas estancias. 

-Sólo le haría falta hablar
-Si pudiera no lo haría pues es cartujo contestó Felipe IV.

Es frecuente encontrarnos en los monasterios de los cartujos esculturas de San Bruno ya que fué el fundador de la orden.
La obra es de Manuel Pereira escultor portugués del s XVI


Puerta de entrada desde la estancia de los fieles Retablo del trascoro.

Yo recordaba este lugar con mucha menos luz, más tétrico y oscuro. La reciente restauración ( 2011) ha hecho de la cartuja un lugar luminoso donde se aprecian mucho más todos los tesoros artisticos que guarda.

Los principales;



1 El retablo mayor encargado por la reina Isabel la Católica a Don Diego Gil de Siloé y Diego de la Cruz realizado en madera policromada. Sin duda la mejor representación de la escultura gótica. No es fácil sacar una buena foto sin flash aunque el templo se haya vuelto más luminoso.

Detalle de los relieves escultóricos del retablo del altar Mayor

Detalle de los relieves escultóricos del retablo del altar Mayor. Prendimiento

Detalle de los relieves escultóricos del retablo del altar Mayor. Isabel de Portugal

Detalle de los relieves escultóricos del retablo del altar Mayor


os dejo ese enlace a un magnifico trabajo realizado por la fundación de Iberdrola que ha colaborado en la restauración.

2. Los sepulcros realizados en alabastro de Guadalajara. Al pie del altar mayor el de Juan II de Castilla y León y su esposa Isabel de Portugal, padres de Isabel la Católica Tiene forma de estrella de 8 puntas. Y el del infante Alfonso hermanos de Isabel la Católica adosado en la pared del Evangelio.Ambos esculpidos por Diego Gil de Siloé.



también realizado por la fundación de iberdrola

En las diferentes capillas y estancias del lateral del Evangelio se ha organizado un museo con algunas obras interesantes y sobre todo con la Historia de este lugar, empleando medios digitales que reproducen códices y detallan todas las piezas que hubiera requerido que mi parada se hubiera prolongado al menos un día en lugar de algo más de una hora. Otra vez será.

Sin embargo voy a mostrar algo que nunca antes había visto ni sabía de su existencia.

Se trata de un Bojarte. Transcribo la leyenda que se encuentra al lado de esta tabla. 

" Así como la campana de la torre nos llama a reunirnos para la Eucaristía y las Horas del Oficio Divino, el bojarte, la tabla que cuelga al lado de la puerta de la iglesia, nos señala a cada monje el papel que nos toca desempeñar; lector, acólito, cantor...

Cuando en 1452 un pavoroso incendio destruyó el edificio primitivo, entre lo poco que los monjes lograron poner a salvo estaba este bojarte, que señala la intención de la misa que cada sacerdote celebra. Es por eso que preside la tabla una representación de la Última Cena en el momento cuando Jesucristo instituyó el Sacramento de la Eucaristía."

Cartuja de Miraflores pulsar aquí

jueves, 11 de abril de 2013

Jeronimus

Jeronimus  es el nombre de una exposición permanente que discurre por las torres y tejados de las catedrales de Salamanca. El nombre se debe a Jerónimo de Perigueux,  de origen francés que Raimundo de Borgoña  nombró como obispo de Salamanca cuando en los días de su repoblación ( Reconquista ) se restauró la diócesis ( año 1102 ).

Una original idea que te lleva a lo insólito de ascender por la Torre Mocha de la Catedral Vieja a través de una serie de salas a diferentes niveles, en las que se puede ver documentada los 900 años de historia de esta catedral, pasearte por el tejado, ver la torre del Gallo y casi poderla tocar, estar en el interior de la Torre de las Campanas y "escuchar" lo que las paredes cuentan,  pasar a la Catedral Nueva y volver a pasear por el tejado para descender de nuevo por la Torre Mocha de la Catedral Vieja.

Subimos por la Torre Mocha que fué en sus comienzos una torre defensiva en la fachada Sur de la catedral, logicamente porque el enemigo estaba al Sur ( Reconquista ) y pasado el peligro se convirtió en estancias de vivienda de los campaneros y de el guardián de la Torre.. 


Desde esa torre accedemos a  ver la nave central de la Catedral Vieja de 52m de largo y casi 10m de ancho   La catedral es de planta de cruz latina, construida en el s XII de  estilo románico y fue dedicada a Santa María de la Sede. Al fondo el maravilloso retablo de la  Historia de la Salvación que consta de 53 tablas distribuidas en 11 calles (anchura ) y cinco cuerpos (altura) . Las escenas están ordenadas cronológicamente de abajo a arriba y de izquierda a derecha. Preside el retablo La Virgen de la Vega, patrona de la ciudad y lo corona en lo más alto la escena del juicio final. En su mayor parte es obra de Dello Delli.


Desde la azotea de la Torre Mocha paseamos por el tejado de la catedral vieja y nos acercamos al cimborrio o Torre de El Gallo, supongo que se llama así porque tiene un gallo en la veleta que no sale en la foto. De estilo románico con transición al gótico, con influencias de Poitou y muy similar a otros cimborrios (cúpulas) de la zona del río Duero.

Por encima de los tejados divisamos el río Tormes y más allá la inmensa llanura salmantina.


Y al Oeste , más Arte, porque esta ciudad es única en el mundo.  En la imagen las Escuelas Mayores (antigua Universidad de Salamanca ).

Sala de la Bóveda en la Torre de las Campanas. 

La Torre de las Campanas fué primero campanario de la catedral vieja, posteriormente se elevó en altura y se construyó la catedral nueva al lado aprovechando esta torre, de forma que sirvió para las dos catedrales.. Sufrió un incendio en 1705 y se resiente con el terremoto de Lisboa de 1755, teniendo que ser restaurada posteriormente y cambiando en cierta manera su aspecto.  En esta sala en diferentes expositores te explican la vida de la torre, habitada por campaneros, relojeros y otros servideros de la catedral hasta época relativamente reciente.

Sobre esta sala está la sala del Reloj y aún por encima de ella, el patio de las campanas y el remate final.




Bordeando por el muro Este de la sala de la Bóveda accedemos al interior de la Catedral Nueva y contemplamos la majestuosidad de este edificio de estilo gótico tardío, construído entre 1513 y 1733. 

Impresiona contemplar la catedral desde esa altura y sobre todo aprecias la diferencia de luz entre ambos edificios. La apertura de ventanas  permitida por el empleo de los contrafuertes ilumina el espacio. Merece la pena experimentarlo.

Por el fondo del edificio recorremos la anchura de las tres naves y de nuevo salimos al exterior después de subir por una larga escalera de caracol sin la columna central a la que se agarran los peldaños. Es decir, no apta para sexagenarios :D . Detrás de mi subía una pareja jóven y él se mostraba reticente a subir por semejante escalera, ella le dice, - Venga vamos a subir que si no volvemos a Salamanca en tiempo, seguro que a los 60 no podemos hacerlo. Les contesté sin resuello cuando ya veía el final -¡Podréis pero mejor no lo hagáis! 


Y si al comienzo de este paseo por las alturas contemplábamos el Sur de la ciudad ahora vemos el Norte, en la vista destacan las torres de la Clerecía o Universidad Pontificia. Y allá donde la vista se pierde sigue la llanura salmantina.


Entre muros de piedra de Villamayor hacia el Este podemos ver el maravilloso convento de los dominicos de San Esteban.


Dejando constancia de que me he paseado cuál gata sobre tejado de barro cocido frío y húmedo, como demuestran los líquenes que dan el tono verde a las tejas romanas. 

Aquí en esa puerta está la escalera de bajada, la de la primera foto, 46 peldaños todos seguidos (luegoaún habría más) los conté, y aunque tenía la columna central que enlaza los peldaños, el pánico a caerme se ha manifestado en las agujetas de mis muslos durante los tres días siguientes. 

No sé de qué me quejo si hay quien me mira desde más arriba.