Y dos en la cuenca del río Carrión, que dicen es el río más palentino porque nace y muere en la provincia de Palencia, muere justo en el límite con la provincia de Valladolid, desemboca en el Pisuerga en el municipio de Dueñas. Los del río Carrión son los embalses de Camporredondo y de Compuerto.
Era una mañana fría de domingo, de esas que el sol amenaza con salir entre las nubes. Nosotros sólo queremos que no haya demasiada bruma y sobre todo que no llueva.
La primera parada la realizamos en el mirador del alto de la Varga. Dos paneles explicativos nos señalan los relieves montañosos de uno y otro lado. Disfrutamos identificando cada pico, yo localizando la Peña Redonda, que era la montaña que le predecía el tiempo a mi abuela, y también con el Coriscao que visto de cerca es mucho más pequeño que de lejos, que cosa más rara. Sólo el más alto, el de el Espigüete se resiste a dejarse ver , aún hay nieve en las cumbres y sobre todo hay nubes bajas que sombrerean encima de él.
Desde este mirador se ve muy cercano el Ojo de la Lastra, la Lastra es la montaña que véis en la foto y el Ojo lo que está en el centro y tiene forma de idem
desde el mirador de la Varga a la derecha la cuenca del río Carrión, hacia allá nos dirigimos.
A partir de Triollo bordeamos el primer pantano que es el de Camporredondo. El siguiente mirador es el de Alba de los Cardaños.
Es sol empieza a hacernos guiños aunque no acaba de salir.
El embalse de Camporredondo, me parece inmenso porque no es lo que se ve sino que hay un gran ramal que entra hacia la derecha y que hay que bordear entero.
No tiene pérdida todo aparece perfectamente explicado en los paneles. Haces fotos uno por uno y cuando llegas a casa los lees y es como haber comprado una guía turistica.
Siempre hay que contar con los imponderables. Seguro que no hacen nada pero te entra un yuyu...y si le gusta mi coche? y si no le gusta?. Es un aliciente más de la ruta.
En Cardaño de arriba hacemos una parada. Es por si dentro de esta ruta podemos introducir la senda que nos lleva al nacimiento del Carrión. Pero no, está a 5kms de subida y otros 5 de vuelta lo que supone varias horas. Hemos encargado mesa en Camporredondo. A estos lugares o hay que venir comidos o hay que traer el bocata.
Aquí encontramos un chozo de pastores reconstruido.
A la hora prevista llegamos a Camporredondo de Alba y nos encontramos con esta sorprendente olma. Me pregunto por qué es olma en lugar de olmo. Es un Ulmus minor está catalogado como especie singular , tiene 1'20 m de diámetro y una altura de 17 metros. No es el Roblón pero aún así impresiona.
Comimos en Camporredondo y emprendimos el camino hacia Velilla bordeando esta vez el pantano de Compuerto. A rebosar estaban todos. En las orillas no había marcas de años anteriores, por lo que pienso que estaban al máximo nivel.
Ahora sí, la tarde es espléndida y a lo lejos se ve enterito el Espigüete.
Impresiona ver esta imágen, verlo en la realidad impresiona más. Me sigue asustando ahora al verlo. Tienes sensación de nimiedad, de que eres una mierdecilla que serás arrastrada si como pasó en Tous en el 82 se rompe esa presa.
Vértigo? Estoy en un puentecillo estrecho, detrás tengo la enorme masa de agua y delante esto. Elije suerte o muerte?
Por fin llegamos a Velilla donde nos encontramos esta curiosa fuente. Es una fuente que mana intermitentemente, No se explican la causa. Se llama la fuente de la Reana y se cree que son las Fuentes tamáricas de las que habla Plinio el Viejo
en su Naturalis Historia, XXXI, 3, :"Las Fuentes Tamáricas en Cantabria sirven de augurio. Son tres, a la distancia de ocho pies. Se juntan en un solo lecho, llevando cada una gran caudal. Suelen estar en seco durante doce días y, a veces, hasta veinte, sin dejar ninguna señal de agua, mientras que otra fuente contigua sigue manando sin interrupción y en abundancia. Es de mal agüero intentar verlas cuando no corren, como le sucedió poco ha al legado Larcio Licinio, quien, después de su pretura, fue a verlas cuando no corrían, y murió a los siete días."
Después de leer esto te preguntas me acerco? ya sabéis que soy un poco osada... no estaban secas, esta vez elegí suerte.