París, es París.
De mi primer viaje a París recuerdo el palizón que nos dimos andando por la ciudad. Porque la Torre Eiffel es a París lo que el Bernabeu o los edificios de Azca al Paseo de la Castellana, pero a lo bestia. Cuando estás en la Castellana y ves el Bernabeu al fondo, dices total está ahí al lado y eres incapaz de calcular la distancia, la Torre Eiffel con sus 300 metros de altura es visible desde muchos lugares de París, y piensas total...andamos un poco y llegamos. Y llegar llegas pero muerto. Mi primer viaje a París fué en Octubre de 1981. Entonces nos había dado por las diapositivas, bueno le había dado a él, mi afición por la fotografía es muy posterior.
Como podéis comprobar casi 29 años después ( mi segundo viaje lo hice en Marzo de este año) la Torre Eiffel sigue en su sitio aunque un poco inclinada hacia la izquierda si bien es verdad que en aquella época se inclinaba a la derecha...son los tiempos que cambian una barbaridad, la Torre Eiffel símbolo del modernismo no puede ser menos y se adapta a los tiempos actuales.
La Torre se realizó para la Exposición Universal de 1889. El propio Eiffel la inauguró el 31 de Marzo de ese año. Para ello subió los 1710 escalones hasta llegar a la cima y allí colocó la bandera tricolor... supongo que tuvo agujetas el resto de su vida...
Desde arriba de la torre las visión de París es total, desde allí te haces el plano mental de la ciudad. En estas últimas fotos la isla de Los Cisnes con la estatua de la Libertad en uno de sus extremos.
Es una isla artificial creada en 1827 para proteger los muelles de Grenelle que se encuentran a la izquierda. Una alameda de 850 metros de largo por 11m de ancho.
La estatua fué regalada por la Comunidad americana a París, al commemorar el centenario de la Revolución francesa. Es la cuarta parte en tamaño de la de Nueva York. Fué inaugurada en 1889. En un principio miraba a París pero por expreso deseo de su constructor en 1937 se la orientó de forma que la Libetad francesa mirara a La Libertad iluminando el mundo americana.
En las alturas todo seguía aparentemente igual, ahora estaban los hijos de los de entonces formando parte de la multitud de turistas que charlan en las escaleras. Nos perdimos para llegar y le pregunté al primero que encontré con pinta de avispado para poder entender mon francgnol. y cómo no! el avispado era argentino, muy simpático, muy agradable, muy muy hablador, tanto que casi llegamos de noche, con un monton de años viviendo a los pies del Sacré Coeur...así es que una vez arriba mareados por las tropecientas escaleras y las tropecientas sesenta y nueve palabras, yo pensé que el color rosado era consecuencia de la influencia argentina que llevaba en la mente.
Bajamos las escaleras, igual que entonces nos hicimos fotos y una vez abajo no encontrábamos la Place du Tertre, sacamos plano...le dimos vuelta... y se acercó una amable señora...les he oído hablar español...Pues sí, le explicamos el problema...y como no! ella también era argentina. Son estupendos guías los argentinos, lo conocen todo. Muy amablemente nos explicó que la plaza estaba arriba...y ésta vez cogimos el funicular.
La Place du Tertre ya no es lo que era...
Una fuente de Wallace, arriba en el Sacré Coeur, una de las 108 fuentes que hay por París. Fueron diseñadas por Charles Auguste Lebourg. Las minicariátides representan; la Bondad, la Sencillez, la Caridad, y la Sobriedad, aunque también pueden representar las cuatro estaciones. En 1872 se colocaron las primeras fuentes, donadas por Richard Wallace, para que la ciudad de París, muy afectada por la guerra de 1870, tuviera agua potable en sus principales calles.
En Montmartre a los pies del Sacré Coeur, el restaurante Le Consulat seguía en pie, apenas había cambiado.
Recordamos cómo erámos entonces y sin quererlo como quien se sabe el camino llegamos a Pigalle. Le moulin rouge más rouge que nunca...pero ahora Norma Duval no actuaba en él...
Me has traído recuerdos, Lourdes, fui a París la última vez hace 25 años, siempre me han tirado más las cabras y el aire puro que el cemento y el humo. Es curioso, la torre Eiffel hoy no se podría haber construído por la oposición de grupos ecologistas y por el impacto visual negativo que (diríamos) iba a producir. Qué cosas ¿no?
ResponderEliminarLour, hola wapa ;).... qué sucio baja el Sena, eh jajajajajaja.
ResponderEliminarMe ha encantado tu contraste de imágenes. Parece que no, pero los años pasan....
Besitos.
Hola Di, Hola Ha...como podéis ver me estoy volviendo minimalista a la hora de nombraros.
ResponderEliminarDi tu ejemplo lo ponen siempre que hay un edificio que contrasta con el entorno. Yo misma lo ponía cuando Sainz de Oiza hizo el Palacio de festivales de Santander...pensaba que con el tiempo pasaría como con la torre Eiffel, pero no es así, a los bodrios no los mejora ni el tiempo :D, la torre Eiffel era original pero esbelta, como lo son los puentes de hierro de aquella época como lo serán los de Calatrava de ésta...
Ha cuando termine te pondré un contraste de aquella época, y como tanto tú como Diego me conocéis personalmente te darás cuenta de los cambios...mucho mejor ahora, por supuesto :DDDD