La vida, el acontecer diario, lo forman las pequeñas cosas a las que apenas damos valor. Las mejores sensaciones no tienen precio. Están ahí para todos y no cuestan dinero.
Dar un paseo por la playa cuando el sol está al ras en el horizonte, iluminando la superficie del mar, convirtiéndola en un fulgor de pequeños chisporroteos de estrellitas, oler a algas y sal, sentir la brisa húmeda en tu cara, escuchar el silencio, tumbarse en la arena, disfrutar de ese momento mágico... es la mejor manera de despertar..
No hay pisadas en la playa, es como si hubieras llegado a un lugar desconocido y fueras su descubridor...
las mareas no son fuertes y el flujo y reflujo del mar apenas deja restos; un pececillo que no tuvo fuerza para retroceder y que se quedó varado en la arena,
un incompleto brazalete de concha repujada que desconozco a que tipo de molusco pertenece,
piedrecillas y moluscos bordando bodoques,
y el mayor de los tesoros, esa especie de pelota de tenis que indica que la pradera de poseidonias sigue ahí, que estará llena de plancton y que acudirán a ella muchos peces... ¡que bello es vivir!
6 comentarios:
Ostras, nunca he visto una playa con los moluscos así, a simple vista! Claro que Mallorca no es famosa por sus almejas! ;)
Ana son cáscaras vacías.. las almejas están siempre debajo de la arena...
:) **
Me gustan los tesoros playeros :D
Hace mil años que no me acreco al mar...
Pues ha llegado el momento...te vendrá bien
Eso es por la playa de mi tierra? o por las playas de otras tierras lejanas?
Es La Manga... por tu tierra relativamente :)))
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