domingo, 14 de febrero de 2010

Brujas, una ciudad medieval llena de magia


Ha pasado ya medio año desde que empecé a contaros este viaje. Lo suficiente para que flaquee mi memoria respecto a los nombres y los lugares de las imágenes. O tal vez nunca los supe.

Porque Brujas para mi es la magia de sus rincones, de esos rincones como ese de la foto que no tienen nombre pero que si permanecen en nuestro recuerdo porque al contemplarlos puedes imaginar estar en otra época.

Creo que ya lo he dicho antes. Era la primera vez que visitaba Brujas, aunque probablemente estas imágenes las haya visto muchas veces en reportajes, revistas, televisión etc. Pero es de esos lugares que a veces pienso yo he estado aquí antes, y me sobrecoje un poco porque Brujas es la ciudad del agua, llena de canales, rodeada de agua por todos los sitios. Obviamente seguimos estando en los Países Bajos. Y en ese imaginar mío en lugar de en el más allá pienso en el más acá, si el más allá es el futuro después de esta vida, el más acá debe ser el pasado antes de la misma. Y si fuera cierto que yo viví por esos lugares en el más acá y que por eso tengo esa sensación de ya he estado aquí, si eso fuera cierto estoy segura de que yo morí ahogada, porque mis terrores nocturnos de muy niña era que moría ahogada y desde siempre le he tenido terror a los ríos, curiosamente mucho más que al mar o a los lagos.



Así es que podéis imaginar lo que yo sentía caminando por este lugar tan lleno de agua y a la vez tan bello,



cuando de pronto se cruza con otro canal. Tuve una sensación de angustia y a la vez embelesamiento y admiración por los reflejos del agua que siempre me atraen. Puede que en el más acá no me cayera sino que el espejo del agua me atrayera...


Brujas es ciudad para patearla, para dejarte llevar por los canales. Así es que con temor o sin él, eso es lo que hice los dos días que estuve.





En Rozenhoedkaai estaba este maravilloso rincón. Y no es que me acabe de volver la memoria y recuerde semejante nombre es que acabo de ver la misma foto en otro lugar y lo ponía. Igual de maravilloso el lugar de día que de noche, bueno no, mucho más bello de noche ....me tomo 10 segundos para la nostalgia de la juventud y el romanticismo...




Todos conocemos la importancia de Brujas en el comercio medieval. Las dos fotografías anteriores corresponden a la Plaza del mercado (Markt). La primera de las fotografías es las Hallen un antiguo mercado que posteriormente se reconvirtió en palacete. Tiene una torre de 83m de altura ligeramente inclinada.

Brujas fué famosa por su puerto y su comercio de lana antes que por sus encajes. Salían al mar navegando por el río, pero en el siglo XVI el río se desecó porque su cauce se rellenó con sedimentos de arena y el comercio en Brujas se hundió y con él la ciudad, que fué conocida como Brugge la Mort, pasando el auge comercial al puerto de Amberes. Cuatro siglos después, en el siglo XX, Brujas volvería a estar unida al mar mediante un canal navegable.



Y fiel muestra de la importancia de Brujas como ciudad es el edificio del Stadhuis o Ayuntamiento. Se comenzó a construir a finales del s XIV y es de estilo gótico .Desde su balcón, los condes de Flandes juraban respetar los derechos comunales y en él se reunían los Estados Generales de los Países Bajos.


Una de las cosas que más me ha llamado la atención en este viaje son los Begijnhof. Eran una especie de beaterios que servían de refugio a mujeres católicas, muy piadosas, que se llamaban beguinas (begijnen), no eran monjas y llevaban una vida menos austera que ellas. Dedicaban su vida a la oración y atendían a los más desamparados, pobres y enfermos, incluso a los numerosos heridos de las guerras. Estas mujeres trabajaban para mantenerse y podían dejar la asociación para casarse. El de la foto anterior es no de ellos.

Me gustó esta puerta, muy cercana al Begijnof de la Viña.


También disfruté en este maravilloso parque, que ví yo sóla mientras el resto del grupo descansaba después de comer.



Un poquito de arte. En la iglesia de Nuestra Señora hay una escultura en mármol de la Virgen con el Niño obra de Miguel Angel, al parecer la única escultura que salió de Italia en vida del escultor.

Mientras los demás admiraban la bellísima imagen yo me dedicaba a mirar este cuadro de La última cena de Caravaggio que sin duda eclipsado por la Virgen y el Niño, pasaba desapercibido. yo siempre un poco contracorriente ....


Y este es el lago del Amor. Fué una idea magnífica recorrerlo después de cenar, en una noche de luna llena, con un grupito de gente de los que nos hicimos muy amigos: Nos sentimos en otra época y hasta creímos ver cosas que no vimos, y nos reímos un montón, convencidos de que Brujas nos había trastornado. Al final casi nos perdimos, pero mereció la pena.