martes, 21 de julio de 2009

Los lugares mágicos... El Soplao parte II


Quedamos en que os contaría en que consistiría la visita de aventura en el Soplao.

El domingo amaneció espléndido. Sólo hay 4 visitas diarias de aventura; dos por la mañana y dos por la tarde. Teníamos entradas para la última de la tarde, a las 4.

Así es que como había que comer pronto decidimos aprovechar la mañana para dar paseos por los pueblos cercanos.

Preparamos una pequeña ruta de caminar una hora por Riclones que era el lugar donde esta vez habíamos decidido comer. No convenía caminar mucho no fuera que lo de la aventura de por la tarde fuera cansado y nos pillara sin fuerzas.


Caminar por estos pueblos es estupendo, por el paisaje y porque te pueden sorprender con humilladeros o pequeñas ermitas como ésta. Del siglo XVII y con un relieve de escudo barroco en el tímpano sobre la puerta de entrada.


Antes de llegar, el sol ya se había escondido entre las nubes, por lo que el paseo, con una temperatura ideal, se podía disfrutar sin agobios.

En el silencio, que es la nota común a estos lugares, se distinguen los campanos de las vacas, el canto de los pájaros cuando los árboles están cerca y el rumor del agua.


El embalse de Palombera ( en el río Nansa ) está justo ahí a pocos metros de esa casa. Pero no había tiempo. Así es que decidimos dejar esa excursión para otro día.
A toda prisa volvimos dirección restaurante. Estos caminos entre árboles es de las cosas que más me gustan de esta tierra. Probablemente porque en la mía había que ir hasta el río para encontrar caminos así.
Hicimos una comida ligerita por si acaso. Un cuarto delantero de cabrito asado. Y llegamos puntuales al recinto. Sólo las vacas tudancas se nos habían adelantado. Estas vacas suelen andar sueltas por el monte. Es ganadería autóctona de Cantabria. Alguien se entrenó al pasar al ladito de ella. Estas vacas son algo bravas...y aún me entra la risa de verlo correr con la vaca detrás.
En qué consistía la visita aventura? . Cuando llegas te dan un casco, un mono de esos de usar y tirar y unas botas verdes de goma. Y entre bromas te explican en lo que va a consitir. Se trata de hacerte sentir la vida del espeléologo durante 2 horas. No es como la otra visita preparada para el turismo, la visita de pasarela que dicen ellos.
Esto en realidad es una gymkana. Hubo momentos que me recordaba al barco misterioso. Ese que se colocaba en las ferias y en los parques de atracciones. Una vez subí con mi hijo, que era pequeño, y aluciné pasando por cintas corredizas, rodillos, tambores que daban vueltas, ¡que angustia!. Al final cuando salimos decidí vengarme de los que se habían quedado fuera y el niño y yo les dijimos a mis dos hijas y a su padre que era algo maravilloso que entraran. La verdad es que pasado el primer momento nos reimos mucho.

Como véis a veces se pasa por lugares como ese, en los que el suelo son unos cubos (hexaedros) de color rojo y alternos, tienes que ir colocando un pie en cada cubo. Lo del casco es porque no hay luz. Cada uno se alumbra con la linterna de su casco. Si algo te llama la atención tienes que enfocarlo con la linterna. Y también tienes que enfocar con la linterna el suelo cuando vas andando, porque es irregular en muchos lugares. La linterna funciona con una batería que llevas atada a la cintura, en la espalda.
A veces hay que pasar casi a gatas de un lugar a otro, y otras veces hay que arrastrar el culo por el suelo para descender un par de metros, el mono es justamente para eso para evitar que nos manchemos y estropeemos nuestra ropa.
También tuvimos que descolgarnos por un pequeño terraplén agarrados a una cuerda... Como las pelis americanas esas en las que hacen maniobras los soldados. Lo peor de descolgarse por la cuerda es que a la vuelta hay que colgarse para subir, lo peor es que todo lo repites dos veces... y sobre todo lo peor es la marcha que llevan. A la ida entre prueba de gymkana y prueba descansabamos un poco en las salas llenas de espelotemas ( nombre genérico que engloba a todo tipo de formaciones ) pero a la vuelta no hubo descanso. Han pasado 48 horas y no siento las piennas jajaja...
A pesar de todo repetiré. Me gustó muchisimo. Vimos montones de formaciones excéntricas maravillosas, todo tipo de formaciones, algunas complejisimas. Fuí la única persona que dijo que se quedaría allí un par de días. Bueno , mi hija dijo que ella me acompañaría aunque no lo tenía muy claro. Menos claro cuando dijeron, esta no es la cueva natural, la cueva natural vamos a verla ahora. Sentaros en el suelo. Apagar las luces de los cascos y manteneros en silencio durante 2 minutos. Juro que impresiona. Saber que estás bajo tierra y no ver, ni oir absolutamente nada.
Ana. Decías en la entrada anterior que esas formaciones no las habías visto en otras cuevas. Nos explicaron que se debe a que el carbonato cálcico de algunos lugares de esta cueva cristaliza en aragonito mientras que cuando se forman estalactitas y estalagmitas cristaliza en calcita.
Desde arriba, desde el Soplao se ve este paisaje. Merece la pena ir. Pero es imprescindible la visita guiada antes de hacer la de aventura, son muy diferentes.

lunes, 13 de julio de 2009

Los lugares mágicos... El Soplao


Este es uno de los lugares mágicos por excelencia. Desde que lo conocí hace dos años lo he visitado 3 veces y siempre me voy deseando quedarme allí. Esta vez incluso tengo fecha de regreso. El domingo 19, es decir, el próximo domingo

Es imposible describir un lugar como éste sin fotos. Obviamente no permiten hacer fotos. Las fotos que veréis son escaneos de un libro.

El Soplao no es una cueva más.

Durante mucho tiempo fué una explotación minera de la que se extraían minerales para la obtención de zinc y plomo. Mina La Florida

Las labores mineras interceptaron una galería natural en diversos puntos. Incluso usaron esa galería como escombrera.


Cuando una excavación minera corta una galería natural como esta se produce una entrada de aire, un soplao en el argot minero.

La explotación minera acabó definitivamente en 1979. La existencia de la cueva era conocida por todos los lugareños.

La primera vez que la cueva es visitada por un equipo de espeleólogos es en 1975.

En Julio del año 2005 fué abierta al público.

Lo que hace de este lugar una cueva diferente son sus formaciones excéntricas y helictitas.

Todos sabemos como se forman las estalactitas y estalagmitas por la disolución del carbonato cálcico de las rocas calizas. Pero lo normal es que nos encontremos formaciones que responden a las leyes de la gravedad. El agua precipita, disuelve la roca y cae... dando lugar a formaciones verticales.


En El Soplao existen todo tipo de formaciones. Las conocidas y aquellas que uno jamás se imagina. Blancas en unos lugares, rojas en aquellos que se intuye la presencia de hierro.

Todas brillantes, todas te atrapan con su luz, a pesar de la oscuridad.

Extrañas y fantasmágoricas formaciones, que a veces parecen ser el resultado de explosiones internas y otras ovillos de hilos cristalinos que algún gato se empeñó en enmarañar


A veces tienes la sensación de que es ámbar y que encontrarás algún animalillo dentro. Porque si ya era grandiosa esta cueva por su contenido geológico, el descubrimiento de un extenso filón de ámbar formado hace 110 millones de años la convierte en un enclave único desde el punto de vista zooarqueológico.

Se realizan dos tipos de visitas a la cueva. La guiada que dura una hora, y la de Aventura que dura dos horas y media...
Me he embarcado en la de la aventura. No habrá luces, me darán un mono, unas botas, un casco de espeleólogo con su linterna y ya os contaré cuando vuelva...
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Y entras en ese mundo de silencio,
de eterno gotear y filtraciones,
de barro frío y húmedos tropiezos,
de cálidas y dulces emociones.
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Y mientras te construyes tu camino
vagando por tu mundo de penumbra,
te llegan mil recuerdos suspendidos
del más fino cordel de la cordura.

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Así El Soplao es un nombre de aliento,
aquel que has invertido en el camino.
Así El Soplao lleva el nombre del viento
que cuentan los ancianos que formaban las piedras que no caen en el olvido.

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Valentina Siegfried Villar

viernes, 10 de julio de 2009

Los lugares de siempre


Los lugares de siempre son aquellos que por la permanencia se convierten en un referente vital. Están llenos de recuerdos, y aunque ya no los frecuentes , mentalmente viajas con frecuencia a ellos.

Langre es uno de mis lugares de siempre. Fué mi segunda o tercera vivienda durante 31 años.

Conocí sus dos playas cuando no tenían escaleras para bajar. Playas salvajes muy poco concurridas en los años 70 del siglo pasado.

La Playa pequeña y la Playa grande. Están rodeadas por un acantilado que tiene una altura media de 25m. En marea baja se comunican.


He vuelto a recorrer el borde del acantilado hasta situarme justo encima de El Pico de Langre, que es esa roca que véis a la izquierda de la foto. Los prados estaban llenos de mariposas como otras veces pero yo recordaba este lugar repleto de nidos de gaviotas y ahora no los he visto.

Abajo entre las rocas caídas del acantilado solía andar con mis hijos buscando caracolillos, quisquillas, lapas, mejillones, pececillos...

Al principio encontraba fósiles en forma de corazón, de antiguos erizos de mar, Micraster coranguinum, que antiguamente en algunas regiones eran conocidos como piedras del rayo y se colocaban en las poyatas de las ventanas para evitar que cayeran los rayos en la casa ( http://folklore-fosiles-ibericos.blogspot.com/2007/09/los-fsiles-y-la-cultura-popular-3.html )

Los fósiles procedían de un determinado nivel del acantilado. Y esto se debe a que el nivel del mar en otras épocas geológicas estuvo más alto. Cuando la última glaciación acabó, los hielos se retiraron y dejaron de ejercer presión sobre la corteza terrestre, y ésta se elevó (la corteza flota sobre el magma, cuando se ejerce presión sobre algo que flota, se hunde, si dejas de ejercer la presión se eleva). Al elevarse, el mar retrocedió. Es el origen de las llanuras o rasas costeras de Cantabria y Asturias.



Ésta es la Playa Pequeña. A esta playa, que tiene unos 200m de larga y una profundidad muy grande en marea baja y mucho más pequeña en marea alta, bajaba con mis hijos. Arriba el viento solía soplar fuerte, abajo en cambio, no se notaba.

El lugar era y es un paraíso... Entre sus visitantes más ilustres el llorado Félix Rodriguez de la Fuente.

http://www.langre.es/playas.html

Volveré un día de estos con marea baja ...