
Quedamos en que os contaría en que consistiría la visita de aventura en el Soplao.
El domingo amaneció espléndido. Sólo hay 4 visitas diarias de aventura; dos por la mañana y dos por la tarde. Teníamos entradas para la última de la tarde, a las 4.
Así es que como había que comer pronto decidimos aprovechar la mañana para dar paseos por los pueblos cercanos.

Preparamos una pequeña ruta de caminar una hora por Riclones que era el lugar donde esta vez habíamos decidido comer. No convenía caminar mucho no fuera que lo de la aventura de por la tarde fuera cansado y nos pillara sin fuerzas.

Caminar por estos pueblos es estupendo, por el paisaje y porque te pueden sorprender con humilladeros o pequeñas ermitas como ésta. Del siglo XVII y con un relieve de escudo barroco en el tímpano sobre la puerta de entrada.

Antes de llegar, el sol ya se había escondido entre las nubes, por lo que el paseo, con una temperatura ideal, se podía disfrutar sin agobios.

En el silencio, que es la nota común a estos lugares, se distinguen los campanos de las vacas, el canto de los pájaros cuando los árboles están cerca y el rumor del agua.

El embalse de Palombera ( en el río Nansa ) está justo ahí a pocos metros de esa casa. Pero no había tiempo. Así es que decidimos dejar esa excursión para otro día.


En qué consistía la visita aventura? . Cuando llegas te dan un casco, un mono de esos de usar y tirar y unas botas verdes de goma. Y entre bromas te explican en lo que va a consitir. Se trata de hacerte sentir la vida del espeléologo durante 2 horas. No es como la otra visita preparada para el turismo, la visita de pasarela que dicen ellos.
Esto en realidad es una gymkana. Hubo momentos que me recordaba al barco misterioso. Ese que se colocaba en las ferias y en los parques de atracciones. Una vez subí con mi hijo, que era pequeño, y aluciné pasando por cintas corredizas, rodillos, tambores que daban vueltas, ¡que angustia!. Al final cuando salimos decidí vengarme de los que se habían quedado fuera y el niño y yo les dijimos a mis dos hijas y a su padre que era algo maravilloso que entraran. La verdad es que pasado el primer momento nos reimos mucho.

A veces hay que pasar casi a gatas de un lugar a otro, y otras veces hay que arrastrar el culo por el suelo para descender un par de metros, el mono es justamente para eso para evitar que nos manchemos y estropeemos nuestra ropa.
También tuvimos que descolgarnos por un pequeño terraplén agarrados a una cuerda... Como las pelis americanas esas en las que hacen maniobras los soldados. Lo peor de descolgarse por la cuerda es que a la vuelta hay que colgarse para subir, lo peor es que todo lo repites dos veces... y sobre todo lo peor es la marcha que llevan. A la ida entre prueba de gymkana y prueba descansabamos un poco en las salas llenas de espelotemas ( nombre genérico que engloba a todo tipo de formaciones ) pero a la vuelta no hubo descanso. Han pasado 48 horas y no siento las piennas jajaja...

Ana. Decías en la entrada anterior que esas formaciones no las habías visto en otras cuevas. Nos explicaron que se debe a que el carbonato cálcico de algunos lugares de esta cueva cristaliza en aragonito mientras que cuando se forman estalactitas y estalagmitas cristaliza en calcita.

Desde arriba, desde el Soplao se ve este paisaje. Merece la pena ir. Pero es imprescindible la visita guiada antes de hacer la de aventura, son muy diferentes.